Pedro Sotillo
"Dios lo guarde, Don Pedro!" Quien haya caminado alguna vez con él por esas calles que ya no quedan, habrá oído muchas veces esta frase . Cuando existía el Mercado de Caracas y Don Pedro iba allí todos los días, con qué alegría lo recibían venteros y venteras, niños y perros!
Ventas del Mercado. Inmensa sordina,
revuelos de faldas y golpes de cesta,
muchacha que pasa, que mira ladina
y rapaz que al hurto furtivo se apresta.....
Viejos cargadores de puestos seguros
que en las rinconeras muerden el cigarro,
un rayo que escapa de los ojos duros
anima un momento los rostros de barro...
Y el sabio herbolario. Su rostro es tan serio
como el de esos ídolos del viejo Indostán.
Toda su leyenda, todo su misterio
en versos insignes contó Valle Inclán.
Las calles, los tejados, los viejos tejados, refugio de los gatos del aquelarre, los postigos que esconden misterios buenos y misterios malos...El campo y la ciudad, la calle y los caminos, los caminos del Llano y de pronto el poema total , el que tiene todos los horizontes y ecos de música, que vienen de todas partes a la vez.
La penumbra por el campo va silente
Y en un árbol se ha parado a meditar.
y tu frente y abatida ya tu frente!
si en el bosque, si en el cielo, si en el mar....
Cómo pesan los silencios de lo arcano
en el alma que se muere de escuchar.
Y la angustia de tu mano entre mi mano
si en el bosque, si en el cielo, si en el mar..
El misterio se ha dormido por los prados
Y se pierde en las lejuras el cantar.
Yo te he visto con los ojos abismados!
si en el viento, si en el cielo, si en el mar.